Uno de los comportamientos de los niños que más estresan a los padres son los berrinches, ya que en ocasiones suele ser muy difícil controlar a nuestros hijos
Los berrinches suelen darse debido al estrés, frustración, ira, miedo, etc de los niños y se tienen comportamientos como gritos, lloriqueos, pataleos en el suelo e incluso suelen llegar a dar golpes.
¿Tu hijo suele presentar este tipo de conductas para llamar tu atención ante una situación?
A continuación, te presentamos algunos consejos para aprender a controlar estos molestos berrinches:
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Busca el problema
Observa a tu hijo y busca cuál fue el problema que lo hizo molestarse o si solo está intentando manipularte. -
Mantener la calma
Cuando un niño comienza a tener un berrinche le da igual estar en una comida familiar o en un centro comercial lleno de gente. Siempre tenemos que mantener la calma. Si lo regañamos o le gritamos solo empeoraremos la situación. Intenta que pare su actitud intentando comprenderle mediante el diálogo. Si nuestro hijo ve que estamos tranquilos se irá calmando y cambiará su conducta. -
Dejar que se desahogue
Lo mejor es llevarlo a un sitio diferente de donde comenzó el berrinche; logra que el niño se vaya desahogando hasta que poco a poco se siente más tranquilo. No se le debe amenazar con que “si no deja el berrinche nos marcharemos”. -
Hablar con tranquilidad
Debemos explicar a nuestro hijo con tranquilidad que su actitud no es la correcta. Podemos explicarle en tono calmado la razón por la que no le podemos comprar lo que quiere o por qué las cosas no pueden ser como quiere. -
No ceder a su petición
Lo más importante es que no le demos a nuestro hijo lo que pide en ese momento. Si se lo damos volverá a mostrar la misma actitud negativa en otra situación similar. -
Cuando notes que su estado es de calma, felicítalo.
Aprovecha para describirle la sensación de bienestar que tiene en ese instante. Dile: “estabas muy bravo y te sentías mal, ahora estás tranquilo, te sientes mejor, ¿verdad? Ya todo pasó”