Ser padre no es fácil, hay veces que la paciencia se termina y gritar se vuelve lo más sencillo, crees que de esta forma lograrás que los hijos entiendan u obedezcan, pero definitivo no es la mejor solución.
Los niños aprenden del ejemplo de los adultos y si tu gritas él aprenderá a resolver todo a gritos y a ser agresivo.
Te dejamos cinco razones para que evites llegar a los gritos:
- Bajas el autoestima de tus hijos, además fomentas a que dentro del hogar no haya buena convivencia.
- Cuando el niño se encuentra molesto o haciendo berrinches lo más recomendable es utilizar un tono suave de voz ya que esto hará que se detenga y se tranquilice.
- Puede ser que en un principio esta práctica te funcione y los niños te obedezcan, pero después de un tiempo se acostumbran y dejarán de hacerlo.
- Sé el mejor amigo de tus hijos, no hagas que te tengan miedo y que después no te quieran contar nada.
- Provocarás que tu hijo crezca con estrés y nerviosismo. ¡Podrías perjudicar su desarrollo!