La hora del baño es el momento perfecto para conectar con tu bebé y hacer de esta rutina, un verdadero ritual, donde ambos disfrutarán de momentos íntimos y mágicos.

Tu bebé es tan pequeño y tan frágil que “la hora del baño” puede ser en un inicio un poco estresante, pero recuerda que la práctica hace al maestro y pronto serás una experta.

 Es muy importante no dejarlo solo ni un momento, por eso mantén a tu alcance todo lo que vayas a necesitar: una toalla muy suave, productos de higiene dermatológicamente probados: jabón y shampoo especiales para recién nacido, que cuiden su delicada piel y que no irriten sus ojos, evita las corrientes de aire y los cambios bruscos de temperatura.

Antes de los 6 meses de edad, la columna vertebral de tu bebé aún no está lista para que se siente, así que es importante que lo bañes en una posición horizontal, lo ideal es que lo sostengas acostado con uno de tus brazos sosteniéndolo de su hombro y que su cabeza descanse en tu brazo y, con la otra mano, lo bañes.

 El horario de la hora del baño depende de ti y de tus actividades cotidianas, además de algunas variables, por ejemplo, si trabajas o no, la temporada del año e inclusive el clima de la ciudad donde vives, hay lugares con clima muy extremo de frío o calor excesivo. Lo que sí es importante y debes tomar en cuenta es que una vez que bañes a tu bebé, se sentirá muy relajado y listo para dormir, ya sea la siesta o por la noche, lo ideal es no sacarlo de casa después del baño, por esta razón, la hora del baño más común es por la tarde acercándose la noche.

Una vez que pueda sostenerse por sí mismo, es decir, sostener su cabeza y sentarse, la hora del baño será un poco más divertida y podrá durar más tiempo.

Consejos:

• Los primeros días de nacido y durante los 2 primeros meses, es suficiente que lo bañes con tu mano y conforme vaya creciendo, uses una esponja muy suave sin frotar ni tallar su delicada piel, mismo caso al momento de secarlo.
• Establece un horario para bañar a tu bebé, lo ideal es hacerlo a la misma hora aproximada, regularmente es por la tarde-noche ya que el baño lo relaja y lo deja listo para dormir.
• Observa y platica con tu bebé, dile lo que estás haciendo de una manera suave y lenta, trata de no hacer movimientos bruscos para que no se asuste.
• Evita las corrientes de aire y ten todo lo que vas a necesitar a la mano para que no lo dejes solo ningún instante.
• Siempre prueba la temperatura del agua antes de introducir a tu bebé, evita calentar el agua estando ya tu bebé sumergido, por eso es muy recomendable los primeros meses que el baño no dure más de 10 o 15 minutos, para evitar que el agua se enfríe demasiado y su piel no se reseque o se quede dormido, de modo que ya no puedas darle su toma de leche antes de dormir. Recuerda que el baño ayuda a relajarlo y favorece el sueño y el descanso.
• Limpia cuidadosamente los pliegues de su piel, donde los residuos acumulados pueden provocar irritaciones (como su cuello, axila, ingle, piernas y brazos). De igual manera, en los primeros días, no laves el área del ombligo para no interferir en la cicatrización del cordón umbilical. Es suficiente con el agua y el jabón que le caen indirectamente evitando que proliferen las bacterias.
• Seca a tu bebé con una toalla suave sin frotarlo y ponle una crema o aceite corporalque mantenga el nivel adecuado de hidratación para su edad.
• Asegúrate que seque perfectamente antes de vestirlo, sobre todo antes de ponerle el pañal, su zona íntima debe estar seca, si el cordón umbilical aún no se ha caído, dobla el pañal en esa zona para que no lo lastime, seque por completo y se caiga de forma natural.

Convierte la hora del baño en un ritual donde ambos disfruten y conecten a través de miradas, balbuceos, sonrisas y ¡mucho amor! Sigue tu instinto de mamá y disfruta estos mágicos momentos que pasarán muy pronto.

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