Alimentación complementaria

Alimentación complementaria


La buena nutrición comienza desde el embarazo y posteriormente hasta los primeros 5 años de vida del bebé, fundamental para su buen desarrollo, ya que es la única etapa en que su cerebro se desarrolla a una gran velocidad. Una buena nutrición es la mejor herencia para su desarrollo integral, además de prevenir enfermedades a largo plazo. 

A partir de los 6 meses de edad, la leche materna es insuficiente para cubrir las necesidades nutricionales del bebé, por esta razón, a partir de esta edad, es necesaria la introducción gradual y paulatina de nuevos alimentos distintos a la leche materna (o leche maternizada, en el caso de bebés no amamantados). El término “alimentación complementaria” hace referencia a su función de complementar al alimento básico que seguirá siendo la leche. De los 6 a los 24 meses, los alimentos irán tomando relevancia de manera gradual y adaptada al bebé, tanto en cantidad como en diversidad, ganando protagonismo después de esta edad.

Tradicionalmente se le ha denominado ablactación al inicio de la alimentación complementaria. En nuestra cultura está muy enraizada la costumbre de los primeros sólidos triturados y mezclados que se ofrecen al bebé en cuchara. Muchos bebés aceptan

bien las papillas y la cuchara, pero algunos otros las rechazan casi desde el principio, convirtiendo la hora de la comida en toda una batalla, o llegan a cansarse de sentir siempre la misma consistencia y textura. Por otro lado, algunos pequeños habituados a las papillas más adelante tienen dificultades para probar nuevas texturas y otros sabores, así como para masticar.

Con este contexto de fondo, en 2010, surgió una nueva teoría de una alimentación complementaria guiada por el bebé, directamente con sólidos (en lugar de papillas), denominada “Baby-Led Weaning” (BLW), que consiste en ofrecer al bebé una variedad de alimentos que pueda triturar con la ayuda de sus encías, promoviendo así, sus habilidades motrices finas, y su capacidad de elegir qué alimentos comer y en qué cantidades, es decir, el adulto no da de comer al bebé, sólo pone a su alcance alimentos sanos, apropiados y seguros, y se los ofrece para que sea él o ella, quién decida qué llevarse a la boca, ya que a esta edad, el bebé comienza a mantenerse sentado y a mostrar interés por objetos (en este caso los alimentos), agarrándolos y llevándoselos a la boca.

Beneficios de la alimentación guiada por el bebé (BLW):

 

  • Estimula el desarrollo motriz: permite al bebé, la prensión manual al agarrar los trozos de comida, la realización de pinza gruesa y fina con las manos (dependiendo del tamaño de los alimentos), la estimulación sensorial al estar en contacto con texturas, tamaños, formas, colores y consistencias diferentes, y la coordinación ojo-mano-boca, entre otras.
  • Fomenta hábitos de alimentación más saludables: este método respeta las señales de su cuerpo (hambre, sed y saciedad) y ayuda a que desarrolle una buena relación con la comida, ya que, desde temprana edad, prueba distintos sabores y texturas.
  • Calma las molestias de la dentición: en este periodo suelen brotar los primeros dientes, por lo que los alimentos brindados en trozos sirven como mordedera natural, que reduce la comezón de sus encías.
  • Promueve la independencia y autoestima: a medida que el bebé experimenta con la comida, aprende a confiar en sus habilidades.
  • Contribuye al desarrollo de la musculatura orofacial: favorece una correcta masticación, lo que influye en una mayor capacidad para hablar.
  • Influye en una menor prevalencia de obesidad: los bebés alimentados a demanda desarrollan más el gusto por los alimentos sanos y evitan el consumo excesivo de los ricos en energía y grasas.
  • El bebé disfruta y aprende a comer despacio: es un proceso agradable donde no se le está forzando u obligando a ingerir algo, sino que va a su propio ritmo mientras está comiendo con toda la familia. Mantiene la comida más tiempo en la boca y así aprende a masticar mejor.
  • Es un método seguro: permite seguir el curso de desarrollo del bebé, pues a esta edad puede tragar los alimentos sin problema; de hecho, parece haberse demostrado que los bebés controlan lo que se llevan a la boca, tienen menos riesgo de atragantarse que cuando son alimentados con cuchara. Aun así, siempre es importante vigilarlo a la hora de la comida.

    Recomendaciones:

    1. Inicia su alimentación complementaria justo a los 6 meses, ni antes ni después, esto contribuye en gran medida a evitar la desnutrición.
    2. Posiblemente en un principio, experimente más de lo que come, es normal. Permite que coma con las manos y juegue con la comida, es parte de su aprendizaje y desarrollo del sentido del tacto, que le ayuda a conocer los alimentos, las formas y texturas.
    3. Introduce un alimento a la vez cada 2 o 3 días, de esta manera sabrás si alguno de ellos le cae mal o le da alergia, además para que se acostrumbre al nuevo sabor.
    4. Los alimentos deben estar a temperatura ambiente.
    5. Ofrécele los alimentos al natural, sin condimentos, ni sal, ni azúcar.
    6. Si algún alimento es rechazado, te darás cuenta al 4to o 5to intento de dárselo, no insistas, es mejor retirarlo y ofrecerlo algunos días posteriores en otra presentación.
    7. Establece horarios para fomentar un buen hábito alimenticio.
    8. Evita distracciones a la hora de la comida, como juguetes, televisión o dispositivos.

Algunos primeros alimentos, ricos en nutrientes:

  1. Aguacate: contiene grasa insaturada, ideal para el buen desarrollo de su cerebro.
  2. Lenteja: rica en fibra y proteína.
  3. Ciruela pasa: ideal para el estreñimiento y en bajas cantidades para una buena digestión.
  4. Camote: rico en beta-caroteno, vitamina C y minerales incluyendo el hierro.
  5. Calabaza: rica en vitamina C y beta-caroteno, ideal para su vista.
  6. Brócoli: rico en folato, fibra y calcio. Cocínalo al vapor y ofrécelo cuando esté a temperatura ambiente.
  7. Plátano: además de ser práctico ya que puedes llevarlo a todos lados, es rico en potasio, vitaminas B6 y C, hierro y calcio.
  8. Carne: contiene zinc y hierro. Puedes ofrecerla muy suave en pequeños trozos, desmenuzada o caldito (aproximadamente a partir de los 8 meses de edad).

Algunas mamás difieren sobre el tipo de alimentos que deben introducir antes del primer año de edad, a fin de prevenir alergias alimentarias. Acércate a tu pediatra para resolver tus dudas, por otro lado, si te decides por el método BLW, es muy posible que al principio experimente más de lo que come, ten paciencia y recuerda que es benéfico para su desarrollo. Pero, lo más importante, sigue tu instinto de mamá, la decisión y la manera de introducir los nuevos alimentos a tu bebé, ¡es tuya!

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