La leche materna es el alimento perfecto para los recién nacidos y lactantes ya que, por naturaleza, contiene todos los anticuerpos que protegen al bebé de las enfermedades propias de la infancia y proporciona la cantidad exacta de nutrientes que el bebé necesita para un óptimo desarrollo.

Los beneficios de la lactancia materna son muchos, los niños que han sido amamantados son menos propensos al sobrepeso y obesidad y en el caso de las mujeres que amamantan, corren menos riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.

Si bien, la OMS y UNICEF recomiendan la lactancia materna exclusiva (LME) los primeros 6 meses de edad y posteriormente extenderla hasta los 2 años o más, en la realidad, no siempre es posible extender la lactancia debido a diferentes factores y complicaciones que se van presentando conforme pasa el tiempo, aquí te mencionaremos las más comunes:

Complicaciones más comunes de la lactancia:

El bebé no tiene buen agarre al pecho:

Cuando esto ocurre, la mamá siente dolor en los pezones al amamantar, pueden aparecer grietas (muy molestas) y es común que el bebé pida frecuentemente de comer o haga tomas que parecen durar una eternidad, pareciendo que no queda satisfecho.

Si el amamantamiento es incómodo, ten por seguro que puede mejorar:

• Prueba distintas posiciones para colocar a tu bebé.
• Asegúrate de que tome el pezón en su totalidad (apuntando a su paladar).
• Verifica que su boquita cubra la mayor parte de la areola, sobre todo la parte inferior del pecho, si no logra tomarla completa.

Obstrucciones de conductos:

En este caso notamos los pechos congestionados y adoloridos con zonas endurecidas y escaso flujo de leche. Al bebé le cuesta mucho trabajo el agarre y se muestra irritable durante y después de la toma porque no logra extraer la leche necesaria. Succiona un poco, vuelve a llorar y desea realizar tomas muy seguidas. ¿Qué hacer?

• El mejor consejo es vaciar el pecho continuamente.
• Prueba dar masaje en posición bocabajo mirando hacia el piso: dibuja círculos que rodeen toda la mama y posteriormente hacia el pezón.
• Puedes usar un cepillo o peine de cerdas suaves para realizar un “barrido” del pecho hasta que no sea doloroso y sientas que se ha suavizado (unos minutos son suficientes).
• Coloca al bebé, de preferencia en distintas posiciones en cada ocasión, hasta que el pecho quede vacío, o bien, si es necesario extrae la leche con ayuda de un extractor de leche, existen manuales y eléctricos.

Sensación de no satisfacer las necesidades del bebé:

Antes que nada, aclaremos que el mecanismo de secreción de la leche va modificándose a lo largo de la lactancia. Hay momentos críticos donde se percibe que el bebé se queda con hambre, que no tiene la suficiente cantidad de leche o incluso que los pechos dejan de sentirse turgentes o abultados antes de cada toma.

Estas situaciones son normales. Si no renunciamos a la lactancia en estos momentos de crisis, se irá facilitando con el transcurso de los días:

• Aumentar el estímulo de succión invariablemente ayuda a que aumente la cantidad de leche, este estímulo puede ser con el bebé o bien, con la ayuda de un extractor de leche.

Manejo de la leche materna extraída

Este punto va muy relacionado con el anterior cuando la mamá necesita un tiempo para reponer fuerzas, en el regreso al trabajo o en las actividades fuera de casa, contando así con un banco de leche propio y una buena organización al momento de almacenar la leche:

• Etiquetar los recipientes con la fecha y hora de extracción.
• Refrigerarla o congelarla en pequeñas cantidades para evitar desperdicio.
• La leche materna refrigerada puede conservarse hasta por 4 o 5 días, mientras que congelada hasta por 6 meses.

El apoyo de tu pareja

En muchas ocasiones necesitamos sentir apoyo de nuestra pareja cuando estamos amamantando. ¿Cómo puede ayudar o cuál es el rol que debe desempeñar para participar y ayudar a que la lactancia sea un evento familiar, cuando sabemos que la mamá es la designada por la naturaleza para llevar a cabo la alimentación del bebé?

El rol principal del padre o pareja de la mamá lactante, es proporcionar apoyo sin juzgar ni imponer, respetando la relación mamá-bebé y favoreciendo en todo momento la lactancia materna. Una vez establecida con éxito la lactancia, en los casos en que la madre deba ausentarse es posible hacer uso de la lactancia diferida, es decir, leche materna extraída y conservada para que posteriormente papá pueda alimentar al bebé.

Comodidad desde un inicio

La cercanía con el bebé y más durante las noches facilita la lactancia materna, el desvelo y el cansancio en la madre es muy común durante las primeras semanas de vida del bebé, las tomas nocturnas suelen ser continuas y esto evita un descanso prolongado en la madre. Las cunas colecho son una excelente opción para que el bebé se encuentre seguro en su espacio y al mismo tiempo que los padres puedan estar al pendiente de él durante las noches para sus cuidados, entre ellos la alimentación.

El nacimiento del bebé trae como consecuencia un sube y baja de emociones debido al ajuste hormonal por el que estás atravesando, es muy común y ¡pasará pronto! Ten paciencia y disfruta de esta hermosa etapa con mucho amor.

Prinsel te recomienda todo lo que requieres para estar al pendiente de tu bebé durante las noches, así como facilitar la lactancia materna y las tomas nocturnas teniendo a tu bebé a tu lado con las Cunas Colecho que se adaptan fácilmente a un lado de tu cama.

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